Les Borges Blanques - Lleida
+ 34 626 89 74 12
- info@cosesdelmon.es -

LIMPIEZA INTESTINAL CON AGUA Y SAL

Varisara dhauti o Shankaprakshalana: Es una técnica del yoga que se incluye dentro de las KRIYAS  o acciones que se realizan para purificar el cuerpo, las emociones y la mente.

La palabra Kriya significa «Acción». Una Kriya es una «acción completa» que implica toda tu conciencia y energía para tomar una dirección concreta. Es una acción donde «debe germinar la semilla».

Esta práctica yo recomiendo realizarla dos veces al año, con los cambios de estación, preferiblemente de la primavera al verano o de otoño a invierno. El momento más adecuado es por la mañana en ayunas; un día en que no tengas prisa y puedas hacer ejercicios de relajación, meditación o yoga.Para la limpieza se utiliza agua salada, superando siempre la concentración salina del plasma sanguíneo (cerca de 9 gramos por litro).

Efectuar la limpieza con agua salada puede llevar entre una y tres horas.

El agua, al contener sal, no es absorbida por los intestinos −un poco sí, pero la mayoría sigue el tracto intestinal deshaciendo todos los residuos fecales y arrastrándolos hacia afuera.

FISIOLOGÍA DE VARISARA DHAUTI (Shankaprakshalana)

Como se muestra en el diagrama, hay 5 válvulas o esfínteres por los cuales atraviesan los alimentos. En cualquier etapa de nuestra vida nuestro sistema digestivo puede acumular tensiones musculares, tensiones emocionales o incluso tensiones mentales.
Por ejemplo, algunas personas tienden a acumular sus tensiones principalmente en la región del estómago: válvula esofágica (1) o la válvula pilórica (2). Otros pueden tener un bloqueo alrededor de la válvula ileocecal (3), y otros en el colon (4) o el ano (5). De hecho, en el ano hay dos esfínteres: uno interior y uno exterior. Ambos tienen que coordinarse para que funcione correctamente.

Normalmente, cada uno de estos esfínteres se auto controlan involuntariamente, pero lo que sucede después de muchos años de abandono físico o abuso, es que pierden su función natural, se vuelven ineficientes y poco a poco el sistema comienza a hacer fallida. Esto provoca lo que se conoce como auto toxemia, un estado donde los propios desechos del cuerpo empiezan a envenenarle a uno mismo. La comida basura, el sedentarismo, comer a deshoras o la deshidratación son razones suficientes para que el sistema digestivo se vuelva ineficaz en la asimilación y en la eliminación.

Es hora de tomar un poco de agua con sal para restablecer el sistema digestivo tan castigado por nuestros estilos de vida.

El agua pasa a través de todos los esfínteres y junto con los movimientos descritos más adelante y la respiración, masajean suavemente las válvulas relajándolas y ayudándolas a abrirse. Todo el proceso ayuda a que las válvulas recobren el autocontrol (la función involuntaria) y que los órganos conectados a ellas consigan una mejoría en el sistema
nervioso.

Cuando ingerimos alimentos, estos pasan por un proceso de descomposición para ser absorbidos sin dificultad por nuestro sistema digestivo. La realidad es que no nos han enseñado a comer.

Primero hay que masticar bien los alimentos y cocinarlos en su punto. La saliva es el primer agente químico que ayuda a descomponer los alimentos ingeridos.

Al llegar al estomago, los ácidos gástricos se encargan de descomponer aún más la comida. Esta tarea tendría que ser sencilla si hubiésemos masticado bien los alimentos; pero en vez de ello, sobrecargamos al estómago con todo el trabajo. También es una práctica bastante común el comer muchos fritos, carnes y dulces en la misma toma. El estómago fabrica enzimas digestivos específicos para cada tipo de compuesto químico a “trocear” y cuando varios de ellos se juntan en la misma digestión, uno anula al otro. La compatibilidad de los alimentos es una cosa a tener en cuenta; por supuesto, sin obsesionarse a la hora de elaborar un menú.

Siguiendo el recorrido de la ya formada “pasta alimenticia” al llegar al intestino delgado ésta es bañada por la bilis: un líquido verdoso y ácido que ayuda a emulsionar los ácidos grasos para que puedan ser absorbidos con mayor facilidad. El problema aparece cuando esa “pasta de alimentos” está sobrecargada con grasas de difícil absorción, las llamadas saturadas. Evidentemente, el hígado tiene que fabricar más bilis para poder fragmentar toda esa cantidad de grasas con la consecuencia que todo el proceso de la digestión se ralentiza.  Por si eso no fuese poco después de muchos años utilizando todo el sistema digestivo este se ensucia obstruyendo las vellosidades por las cuales son absorbidos los nutrientes.

Imagen de las vellosidades intestinales. Se pueden apreciar los pliegues y las zonas en las que se pueden acumular restos de comida.

Estas vellosidades son las encargadas de que todo nutriente que se encuentre en el intestino sea absorbido y llevado al torrente sanguíneo. Imagina si después de un proceso de comer mal y de baja calidad, encima al llegar a este punto lo poco que podamos conseguir de los alimentos no es absorbido y “pasa de largo” hacia su evacuación posterior.
Todo ello sin contar lo que he explicado anteriormente del tremendo impacto que producen los nervios, estrés… en nuestro sistema digestivo.

Pero aún podemos empeorarlo más. Si contamos que fumamos y todo ese humo se deposita sobre las células de nuestros órganos impidiendo el paso de nutrientes y irritando el tracto intestinal así como al resto de órganos y de que si nos gusta “darle a codo” más de lo que nuestro organismo puede asimilar no es de extrañar que aparezcan enfermedades crónicas relacionadas con nuestra forma de alimentarnos.

Nuestra sociedad actual, hablando por la mayoría, es la más mal alimentada de la historia humana. Muchas veces me quedo maravillado del cuerpo en el cual algunos vivimos. Con todo lo que le hacemos y, en mucha medida, gracias a los químicos que le damos para reparar lo que no hemos sabido alimentarle, tenemos la posibilidad de vivir longevamente.

No podemos quejarnos de nada, tenemos un organismo a “prueba de bombas”.

Una de las cosas que más encuentro en falta en las escuelas es el tema de enseñar a los niños y, de rebote, a los padres una buena práctica de alimentación consciente.

Esta limpieza intenta corregir un poco todos esos desequilibrios nutricionales que diariamente estamos aplicando a nuestro organismo. En el próximo libro que estoy escribiendo “Nutrición Evolutiva: física, emocional, mental y espiritual” profundizaré más en todos estos aspectos de cómo llevar una vida en equilibrio. Soy consciente de que mañana puedo ser yo mismo el que me encuentre en una situación de desequilibrio y coger una enfermedad maligna, pero al menos me podré disculpar diciéndome que hice todo lo que estaba en mis manos para conservar mi estado de salud.

Shankaprakshalana no hace milagros pero ayuda a recobrar la armonía de nuestro sistema digestivo.
El agua templada con sal al recorrer todo el sistema digestivo junto con los movimientos, va limpiando y relajando los órganos consiguiendo desincrustar de las paredes de nuestro intestino aquella película de suciedad que durante muchos años se ha ido depositando formando un tapón en las vellosidades.

Esto es realmente una cosa increíble que los yoguis descubrieron. Disponemos de un método realmente eficiente para “limpiar la suciedad” de las células que forman la pared intestinal y para purificar la sangre. Así que vemos que hay muchos, muchos elementos de esta técnica profundamente rejuvenecedora.

Tal vez, hay otros aspectos de la anatomía y la fisiología que aborda Shankaprakshalana de la que no somos conscientes en la actualidad, pero la evidencia de los muchos estudiantes que se han sometido a esta práctica durante muchos años, la convierte en una herramienta indispensable en el cuidado personal.

BENEFICIOS DE LA LIMPIEZA INTESTINAL

•  Purifica todo el tracto digestivo
•  Previene la formación de tumores en el intestino.
•  Limpia la sangre y combate las impurezas de la piel.
•  Desintoxica al organismo en general.
•  Lava el estómago y elimina el mal aliento.
•  Descongestiona el abdomen descargando los intestinos de heces y residuos acumulados.
•  Regenera la flora intestinal facilitando la absorción de los nutrientes.
•  Disminuye el apetito.
•  Vigoriza al organismo.
•  Aumenta la concentración mental.
•  Regula la evacuación y elimina el estreñimiento.
• Previene y combate enfermedades relacionadas con la intoxicación de la circulación sanguínea.
•  Proporciona una sensación de ligereza corporal y estimula el buen humor, la alegría y la jovialidad.
• Ideal para personas que deseen comenzar una Sadhana (práctica espiritual) en condiciones de pureza, así como requisito fundamental en prácticas más energéticas como: Kundalini Yoga, Kriya Yoga, Mantra Yoga, etc.
RECOMENDACIONES A TENER EN CUENTA:
–   Si es la primera vez que realizas esta limpieza es mejor que una semana antes hayas practicado los ejercicios que aquí se describen y también cambies un poco de dieta: come menos carne y pescado de lo habitual o si puedes mejor que prescindas de ellos. Lo mismo con los productos lácteos y derivados. Una buena alimentación anterior y posterior a la limpieza sería a base de cereales, verduras y frutas.

–  Si sufres de restreñimiento crónico u ocasional esta limpieza puede ser una buena oportunidad para cambiar hábitos, pero ten en cuenta de seguir las instrucciones al pie de la letra y no comer mucho la semana anterior a la limpieza, el efecto “tapón” podría ser muy molesto.

–    Las personas con sensibilidad a las comidas picantes o que les producen diarrea con facilidad ciertos alimentos (pimiento, berenjena, ajo, cebolla…) tienen que tener especial atención en lubricar la zona anal con aceite de oliva antes y después de cada evacuación por la sensación de escozor que se produce evacuar el agua con sal.

–   No te saltes los ejercicios y repítelos siempre que bebas el agua preparada o sientas molestias al sentir que el agua está estancada en el estómago o en el vientre.

–     El efecto “tapón” se produce cuando hemos bebido una cierta cantidad de agua y por miedo, por no haber bebido lo suficiente o por no haber tenido en cuenta las anteriores recomendaciones, se produce un malestar de “estar lleno”, sensación de querer vomitar o ambas. No te preocupes. Primero de todo relájate y empieza hacer los ejercicios que se describen a continuación, especialmente los “Ejercicios de desbloqueo”.

–    Las personas con enfermedades graves sigan las recomendaciones de su médico de cabecera.
MÉTODO A SEGUIR:
 
Primero:
hervir un litro y medio de agua embotellada y ponerle dos cucharadas soperas rasas de sal marina o sal del Himalaya. No aconsejo utilizar sal común refinada y con aditivos. Una vez hervida el agua, mezclarla con un litro y medio de agua embotellada del tiempo. De esa manera está lista para reposar durante quince minutos y coger la temperatura ideal para el cuerpo.

Segundo:
con el agua templada, ya lista, agregar cuatro cucharadas soperas de aceite de oliva y remover bien. Al principio, beber cuatro vasos –del agua preparada: hervida + embotellada + aceite– y hacer las posturas, explicadas más adelante, para facilitar el tracto intestinal. Si cuatro vasos te resultan demasiados, tómate al menos dos.

Por último:
si al terminar de beber el agua de toma (3 litros), ves que no sale limpia al evacuarla, yo no me preocuparía demasiado. Evidentemente la limpieza no es total, pero eso suele pasar por el tipo de alimentos que ingerimos y lo más seguro es que durante el día acabemos de ir al servicio o incluso a la mañana siguiente y aún podamos observar que estamos limpiando restos. Con el tiempo y las modificaciones en la dieta seguro que progresaremos y nuestro sistema digestivo “se ensuciara menos”. No le daría más importancia, y paciencia hasta la próxima limpieza.
Si todo el proceso fue como la seda y te sientes estupendamente puedes volver a hacer todo el proceso de limpieza por segunda vez, hasta conseguir que el agua salga tan limpia
como la que ingeriste.
Esperar a ingerir líquidos hasta la primera comida, que deberá efectuarse entre media y una hora después.

SECUENCIA DE TOMAS Y MOVIMIENTOS:

  • Beber cuatro o dos vasos de agua salada.
    Efectuar los cinco movimientos descritos en “Ciclo de movimientos”.
    Beber otros dos vasos más.
    Ejecutar el ciclo de cinco movimientos de nuevo.
    Seguir así hasta haber bebido seis vasos en total. Esto es un ciclo completo de toma de agua.
  • Ir al lavabo y esperar a que se produzca la primera evacuación. En caso que no se pueda, volver a efectuar los ejercicios sin tomar agua.
  • Si no se produce la primera evacuación, deberán practicarse los Ejercicios de desbloqueo.
  • Si todo fue bien, seguir con las tomas de agua y efectuar los ejercicios hasta finalizar los tres litros de agua salada.
  • Si con los ejercicios de desbloqueo no se consigue evacuar deberá de practicarse una lavativa para deshacer el tapón que seguramente hay en la parte final del recto.

CICLO DE MOVIMIENTOS
Movimientos básicos para facilitar la “obertura” y el tracto intestinal: Shankaprakshalana es una técnica milenaria de la India y las posturas aquí explicadas son las que desde tiempos remotos los Yoguis vienen realizando para purificar su cuerpo, emociones y mente. 

1er MOVIMIENTO:

Empezamos de pie con las piernas un poco separadas, más o menos a la altura de los hombros e intentamos relajar todo nuestro cuerpo conservando la rectitud y la verticalidad. La mirada la fijamos en un punto imaginario en el suelo para no perder el equilibrio.

Exhalamos por la nariz (vaciar por completo) y al inspirar entrelazamos las manos por delante, a la altura de la cadera y vamos subiéndolas acompañadas de la inspiración (también por la nariz) a la vez que también levantamos los talones del suelo. Al llegar a la vertical nos estiramos como si quisiéramos tocar al techo y continuamos la inspiración (llenando) hasta que no podamos más.

Al finalizar la inspiración, las manos tienen que estar en la vertical y el cuerpo, apoyado sobre las puntas de los dedos de los pies.

Al llegar al estiramiento máximo que podamos (sin forzar) y con los pulmones llenos, relajamos toda la postura y soltamos todo el aire que tengamos, quedándonos de nuevo en la posición inicial. Repetir 8 veces.

Nota: es importante que la respiración sea completa. Una respiración completa es aquella en que al inspirar llenamos por completo nuestros pulmones y al exhalar vaciamos por completo, con ayuda de los músculos abdominales (apretándolos), todo el aire residual de los pulmones.

2º MOVIMIENTO:

Empezamos de pie con las piernas un poco separadas, más o menos a la altura de los hombros e intentamos relajar todo nuestro cuerpo conservando la rectitud y la verticalidad. La mirada la fijamos en un punto imaginario en el suelo para no perder el equilibrio.

Exhalamos por la nariz (vaciar por completo) y al inspirar entrelazamos las manos por delante, a la altura de la cadera y vamos subiéndolas acompañadas de la inspiración (también por la nariz).

En la vertical (con pulmones llenos) empezamos a exhalar sin bajar los brazos a la vez que inclinamos el tronco hacia la izquierda. Vamos soltando el aire a medida que nos vamos inclinando.

Al llegar a nuestras máximas posibilidades, lentamente inspiramos y regresamos a la postura vertical.

Sin descender los brazos nos inclinamos acompañados con la exhalación hacia el lado derecho. También en este lado al llegar al máximo recorrido (sin forzar) iniciamos la inspiración a la vez que regresamos a la posición vertical. Repetimos el proceso ocho veces en total a cada lado.

Nota: todo el recorrido es lento y está acompañado por la respiración completa.
3er MOVIMIENTO:
Empezamos de pie con las piernas un poco separadas, más o menos a la altura de los hombros e intentamos relajar todo nuestro cuerpo conservando la rectitud y la verticalidad.

En esta postura empezaremos con una profunda inspiración a la vez que elevamos los brazos en paralelo a la altura de los pectorales.

Con los pies “fijados” en el suelo y las caderas hacia adelante (a ser posible sin moverlas) haremos una rotación de la parte superior del cuerpo a la izquierda, a la vez que exhalamos inspirando regresamos a la postura inicial y al volver a exhalar rotamos el tronco hacia la derecha.

Esta postura es dinámica y se realiza con movimientos más “rapiditos” sin perder la capacidad de estar atentos a lo que hacemos.

A cámara lenta sería: Partiendo de la postura inicial (brazos en paralelo) exhalamos a la vez que giramos los hombros (torsión) hacia la izquierda a la vez que el brazo izquierdo hace el recorrido de ir de la posición delantera hacia la trasera con todo el brazo estirado. El brazo derecho sigue el mismo recorrido quedando medio flexionado a la altura del pecho e intentando tocar el codo del brazo izquierdo (ver figura del ejercicio 3 lado derecho, perspectiva desde arriba). La cabeza gira hacia el lado izquierdo siguiendo con la mirada a la mano izquierda.

Una vez completado el recorrido con una inspiración regresamos a postura inicial con los brazos paralelos a la altura del pecho.

Exhalamos haciendo todo el recorrido hacia la derecha siguiendo las mismas pautas pero ahora es el brazo derecho el que quedará estirado y el izquierdo medio flexionado. Importante recordar que la cabeza gira y la mirada sigue la mano que llevamos hacia atrás.

Nota: esta postura es más dinámica que las otras y le prestaremos, si se puede, aún más atención. Esto es debido a la inercia del giro, por lo que evitaremos hacer “rebote” al llegar al final del recorrido (torsión completa).

Repetir 8 veces en cada lado.


4º MOVIMIENTO:

Empezamos acostados en posición cómoda sobre el vientre y con las piernas un poco separadas, más o menos a la altura de los hombros. Flexionamos los brazos y colocamos las manos a la altura de los hombros observando que los cojos toquen a los costados.

Inspiramos y estiramos los brazos lo máximo que podamos evitando forzar demasiado la curva lumbar. Al llegar a la posición medio erguida del tronco, exhalar girando lentamente la cabeza hacia el lado izquierdo e intentar ver el talón izquierdo.

Inspirando giramos la cabeza al centro y exhalando giramos la cabeza al lado derecho e intentamos ver el talón derecho. Inspirando giramos la cabeza al centro, relajamos la postura flexionado los brazos y quedándonos en una postura cómoda hacemos un par de respiraciones.

Repetir 8 veces en cada lado.

5º MOVIMIENTO:
Partimos de la postura de pie con las piernas un poco separadas, más o menos a la altura de los hombros y con una exhalación descendemos a la posición de cuclillas (fig. central). Una vez en esta postura, inspirando llevamos la rodilla izquierda a tocar con el suelo y al exhalar volvemos a la postura de cuclillas.
Repetir con el lado derecho. Repetir 8 veces en cada lado.

Alternativas:
Si al descender no podemos sostenernos en equilibrio en la postura de cuclillas, buscar un lugar donde poder agarrarse.

En cambio, si no tenemos flexibilidad y la postura resulta incómoda, estirarse en el suelo de espaldas y con una exhalación elevar las rodillas hasta que toquen con el cuerpo. En esta postura, con ayuda de las manos sobre las rodillas, hacer el siguiente movimiento: al
inspirar, separar las rodillas (a la vez) del cuerpo y al exhalar, llevar las rodillas de vuelta a tocar con el cuerpo sintiendo una leve presión sobre el abdomen (no forzar).

Repetir 8 veces.

POSTURAS DE DESBLOQUEO:
 
En caso de que el agua se quede en la parte baja del abdomen y te sientas lleno. Estos movimientos son aconsejables solo para personas que no tengan problemas de espalda.

1ª POSTURA DESBLOQUEO
Estirados en el suelo boca arriba, recogemos las piernas y las juntamos a la altura del pecho (fig. izquierda superior). Partiendo de esta posición, con las manos reposando sobre las rodillas, inspiramos (coger aire) y apartamos las rodillas ligeramente del cuerpo (fig. inferior). Al exhalar, (sacar el aire) las rodillas, con la ayuda de las manos, van aproximándose al pecho ayudándonos a sacar todo el aire residual de los pulmones hasta que tengamos necesidad de volver a inspirar. Recordad que hay que ir apartando las rodillas ligeramente del cuerpo hasta sentir que no podemos más (sin forzar). Repetir el ciclo de inspirar (apartando rodillas) y exhalar (acercando rodillas) unas 16 veces.

Precauciones: Al tener el estómago lleno, procurar no presionar demasiado fuerte las
rodillas contra el cuerpo, no se trata de pasarlo mal, tan solo hay que sentir el suave masaje al inspirar y al exhalar.

2ª POSTURA DESBLOQUEO
Partiremos de la posición de: tumbados en el suelo, estirados y boca arriba, las manos separadas del cuerpo (fig. izquierda inferior) y con las palmas sobre el suelo. Flexionaremos las piernas y las llevamos a la vertical (fig. superior). En esta posición inspiramos y al exhalar, dejamos caer las rodillas hacia la mano izquierda (fig. inferior). Al tocar el suelo con una inspiración, regresaremos a la postura de partida (fig. superior) y al exhalar de nuevo dejamos caer las rodillas a la derecha (fig. medio), volvemos a inspirar y regresamos al punto de partida (fig. superior).

Repetir todo el ciclo cuatro veces a la izquierda y cuatro veces a la derecha.

Precauciones: Esta postura-torsión puede resultarnos algo más complicada si no tenemos flexibilidad en la zona lumbar. Para protegernos las lumbares y no hacernos daño podemos dejar un cojín (no muy blando) a cada lado del cuerpo para evitar que la torsión sea completa. Es importante que los brazos estén estirados y separados del cuerpo para que al ir descendiendo las rodillas, podamos ayudarnos de las manos (apoyadas en el suelo) y ejercer una suave presión hacia el suelo para así poder controlar mejor el descenso de las piernas hacia los lados.

Una vez realizada la postura de torsión dinámica y sólo si te resulto fácil, podemos pasar a descansar en la postura.

Al finalizar el ciclo anterior de torsiones dinámicas, dejamos caer una vez más las piernas hacia la izquierda (recordemos con una exhalación) y permanecemos en la postura de descanso unas 8 respiraciones. Luego con una inspiración regresamos al medio y con una exhalación pasamos al otro lado y permanecemos así también haciendo 8 respiraciones.
3ª POSTURA DESBLOQUEO
Posición inicial: tumbados en el suelo sobre la barriga, con las manos y pies completamente estirados. Empezamos exhalando y cuando sobrevenga la inspiración levantamos a la vez las piernas y brazos (fig. inferior);  con la exhalación relajamos a la postura inicial. Repetimos ocho veces.

Precauciones: Si no estás acostumbrado a  hacer ejercicio, te aconsejo que dejes las piernas descansando en el suelo y sólo levantes la parte superior del tórax con los brazos medio flexionados hasta la altura que puedas llegar (no forzar). Si sientes bastante dolor o tienes problemas en la columna, simplemente quédate boca abajo haciendo las ocho respiraciones.

POSTURA SIMILAR AL DEL 4º MOVIMIENTO DE LA SERIE
En la figura de la izquierda podemos apreciar cuatro dibujos que nos servirán para entender el proceso de realización de la postura de “la cobra” y “la esfinge”.

Estas posturas nos volverán a “reconectar” a la serie principal del Ciclo de Movimientos. Si en la serie anterior (3er movimiento) no tuviste molestias al realizar la postura, puedes realizar la siguiente serie.

“La Esfinge”:
partimos de la postura en el suelo, boca abajo con los codos y antebrazos apoyados sobre el suelo (fig. esquina superior izquierda), más o menos a la altura de los hombros formando un ángulo de noventa grados, las piernas juntas y los pies estirados tocando al suelo.  Una vez en la postura nos relajamos contando ocho respiraciones.

“La Cobra”:
partimos de la postura en el suelo, boca abajo con la barbilla tocando el suelo y con las manos apoyadas sobre el suelo (fig. esquina inferior derecha), más o menos a la altura de los hombros, y a ser posible con los codos pegados a los costados (fig. inferior izquierda), las piernas juntas y los pies estirados tocando al suelo (fig. inferior izquierda).  Con una inspiración extendemos los brazos (con suavidad) hasta conseguir levantar el tórax a la vertical (fig. superior derecha). Sin forzar y a ser posible sin levantar las caderas del suelo. Exhalando descendemos hasta la posición inicial, descansamos una respiración y volvemos a repetir hasta un total de ocho veces.

 

RSS
Instagram